Actualmente, Toluca ocupa el penúltimo lugar a nivel nacional dentro del Índice de Competitividad Urbana (ICU) 2022, para la categoría de ciudades con más de un millón de habitantes, lo que significa un nivel medio bajo.
Tras lamentar lo anterior, Laura González Hernández, presidenta del Consejo Coordinador Empresarial Estado de México (CCEM), urgió a realizar estudios de factibilidad, riesgo y costo – beneficio.
“Nos preocupa que Toluca se encuentre entre las ciudades menos competitivas del país. Los parámetros de este indicador del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) revelan la falta de capacidad de los gobiernos estatal y local para atraer y retener talento e inversión”, enfatizó.
Aunado a ello, la líder empresarial lamentó que la capital mexiquense siga siendo un lugar donde la mayoría de los habitantes se sienten inseguros, al registrar tasas por encima del promedio en diversos delitos, además de una presencia alta de economía informal y burocracia excesiva para apertura de negocios.
“Sin duda, nuestra capital debe poner mucha atención en diversos temas de estos indicadores, tal como lo es el subíndice de Gobierno, pues Toluca se ubica en el último lugar y en el que se abordan temas de información presupuestal, recursos hídricos, vivienda y crecimiento urbano, entre otros”, aseveró.
Existen, agregó, otros datos relevantes en este documento del IMCO, como el hecho de que el valle de México se sitúe entre las ciudades con resultados más favorables como el subíndice de Economía, debido a que la zona cuenta con una diversificación de mercados, lo que se requiere a lo largo y ancho de la entidad, pero que de igual forma se considera que puede mejorar aún más en otros aspectos de competitividad.
“¿Qué se requiere?, no hay fórmulas mágicas, lo que necesitamos es una mayor planeación y coordinación entre los gobiernos locales y el estatal para que a su vez interactúen con el sector privado y se realicen estudios de factibilidad, riesgo y costo-beneficio“, apuntó.
Advirtió que si no se actúa desde ahora los niveles de competitividad seguirán a la baja y el panorama económico-social se deteriorará aún más.