A partir del 16 de septiembre de 2023, el Estado de México iniciará una nueva etapa con un gobierno diferente, y dependiendo del partido que obtenga el triunfo, tendrá ligeros matices o cambios radicales en su forma de administrar y decidir con respecto a las políticas y recursos públicos. Sin embargo, gane quien gane, se enfrentará a un desafío global: la comunicación.
De acuerdo con el Edelman Trust Barometer 2023 (presentado en el Foro Mundial de Davos) el tejido social, se debilita por una polarización “peligrosa” y por la falta de confianza en las instituciones sociales, aunado a la crisis económica, la desinformación y la falta de liderazgo.
El estudio mundial indica que 53% de los encuestados asegura que sus países están más divididos que en el pasado, la mayoría de las personas tiene temor por su futuro económico y sólo cuatro de cada 10 considera que sus familias estarán mejor en los próximos cinco años. Adicionalmente, los gobiernos son vistos como “poco éticos e incompetentes”.
Ese escenario -nada alentador- se alimenta de un entorno digital donde no se controlan los contenidos y se presenta la “misinformación”, información falsa pero no creada con la intención de causar daño; la “desinformación”, información falsa creada deliberadamente para dañar, y la “malinformación”, producida a partir de hechos reales para, también, afectar a una institución o persona.
De manera paralela, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) emitió el informe: Comunicación pública: el contexto global y el camino a seguir, donde advierte que ese entorno complejo de desinformación, misinformación y malinformación, “requerirá un esfuerzo más consciente por parte de los gobiernos para hacer uso estratégicamente” de la comunicación pública e impulsar un verdadero diálogo con la ciudadanía.
“La comunicación puede servir como medio para ampliar el alcance de la información acerca de políticas públicas de manera que llegue a la mayoría de la ciudadanía”, indica el reporte y explica que cuando se diseña para ser inclusiva, pertinente y adaptada a diferentes grupos, permitirá que se distinga la desinformación. En el largo plazo habría democracias más robustas, instituciones con mayor confianza y un crecimiento (y desarrollo, habría que añadir) más inclusivo.
Gane quien gane la elección, deberá analizar y diseñar un modelo que comunicación que fortalezca a las instituciones gubernamentales y contribuya a alcanzar objetivos estratégicos de desarrollo, dejando de lado la estridencia del debate estéril y el monólogo o el silencio gubernamental que solo abona a la polarización y desconfianza.
PERCEPCIÓN
Esta semana inicia un nuevo semestre para más de 90 mil estudiantes de la UAEMéx. Nuevo ciclo, nuevas posibilidades, nuevos desafíos.
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.
Presidente del Consejo Ciudadano del Sistema Mexiquense de Medios Públicos. Twitter: @RJoya