A la 0:01 del día 3 de abril de 2023 los ejércitos de las alianzas comenzaron su visible activismo político. En el primer segundo del 3 de abril la fiesta de la democracia contemporánea en México comenzó. El PRI con sus aliados, batallones, generales y soldados, Morena con los suyos. En 45 días concluirá el activismo y se consolidarán los preparativos para la Jornada Electoral, el día “D”.
Una Jornada que se espera y desea, cívica, tranquila, democrática, respetuosa, no violenta. Sin descalificaciones, ni amenazas, donde se respete la voluntad de los ciudadanos que desean paz y buen gobierno.
Es significativo, el bipartidismo que parece retornar y manifestarse en dos fuerzas integradas a la vieja escuela. Liberales y conservadores. Unos monárquicos, los otros, republicanos. Unos a favor del federalismo otros del centralismo. Unos queriendo concentrar el poder, empoderados con el ejército, quitando libertades y derechos a los estados y los ciudadanos que los integran, los otros, dejando en libertad a los estados, impulsando la libertad, de vida, de paz, de trabajo, de información. Procurando la separación de poderes, sin la influencia del “Supremo poder conservador” que a semejanza del de 1836 y bajo el liderazgo del dictador Santa Anna, mandaba por encima del Legislativo, Judicial y Ejecutivo.
Esta elección, no es lucha entre republicanos y monárquicos, ni de federalistas o centralistas. No es decisión de una sola persona que por influencia de sus corifeos intenta manipular el proceso al estilo de Santa Anna, enfermándose de acuerdo a sus intereses.
Los mexicanos, después de 20 años de influencia Santannista, descubrieron sus mentiras y lo alejaron de la política para que no hiciera daño.
Más que nuestro honorable Ejército y su presencia en la elección, me preocupa la migración de venezolanos, salvadoreños, cubanos, nicaragüenses, de quienes, de vez en vez, nos enteramos de su entrada al país. Unos en aviones, inmigrados desde Venezuela, otros, desde Cuba, activistas de la salud, para los más pobres y menos preparados, la fuerza deseada y declarada del actual régimen, mientras de Nicaragua operan ministerios de seguridad, para cárceles, migrantes y otras dependencias. Como si alguien estuviera filtrando fuerzas ajenas a los intereses del país y la seguridad nacional. Habría que revisar los negocios e inversiones de sus embajadas, sólo para asegurar que no intervienen en el futuro de México y pretendan que estemos igual que ellos, con sus países en guerra por muchos años, empobrecidos y dirigidos por la fuerza, hacia una esclavitud disfrazada de libertad en medio de la violencia verbal y física, sin poder expresarse, salvo a favor del soberano.
Ayer fue el primer día, de los 44 que faltan para mostrar la madurez democrática, cívica, política de todos los ciudadanos del país, sean militares, obreros, campesinos, empresarios, estudiantes, investigadores, políticos, artesanos, intelectuales, médicos, jóvenes o adultos de la tercera juventud, hombres y mujeres… Todos somos México y somos mexiquenses.