Pecamos de confiados en las redes sociales. Y también en nuestras comunicaciones a través de los sistemas de mensajería instantánea.
Te llega un mensaje en el que desde un número desconocido te ofrecen un trabajo en condiciones inmejorables y contestas con una facilidad pasmosa. O te prometen el álbum del mundial de futbol con docenas de estampitas y se te hace la mejor oferta del mundo mundial, así que replicas el mensaje. Recibes una petición de ayuda, supuestamente de un conocido, contacto o amigo y en menos que canta un gallo respondes afirmativamente. A ti que no pescas ni un resfriado, te llega la petición de amistad de un espectacular espécimen del sexo opuesto, así que apuntas de inmediato. Desde luego, no desperdicias la oportunidad de que te regalen una hielera con cervezas.
En unos casos, te esquilman una lana que no te sobra. En otras te ganas un trojano de muy padre y señor mío. Casi siempre te roban tus datos personales, tus libretas de direcciones y hasta despluman tus cuentas bancarias.
Y así, hasta el infinito. Pecamos de confiados y mostramos nuestro analfabetismo digital.
El tema vino a la memoria del arriba firmante porque leyó en su periódico El Sol de Toluca, el caso de la alcaldesa de Ecatzingo, que por andar contestando llamadas de números desconocidos —nomás poquito— y entregar sus datos personales, se convirtió en el centro de una estafa. Ignoro cuánto dinero habrán entregado sus amigos, colaboradores o conocidos. Ella dice que la hackearon.
Y también está el caso del alcalde de Luvianos, Alfredo Benitez, que hace dos años presentó una denuncia por fraude, abuso de autoridad y daño a la hacienda pública municipal en contra de la diputada local Maribel Martínez, por un suceso semejante.
Desde luego, tu tendrás en la memoria algún episodio parecido. Que es producto de nuestro analfabetismo digital.
Si los llamados nativos digitales pueden caer en el garlito, mucho más quienes estamos en el proceso de aprender del uso de la internet y las redes sociales a fuerza de prueba y error. Los que tenemos dificultades para comprender el mundo digital debemos tener más cuidado. Cuidar la interacción y la entrega de nuestra información es elemental. Ser más desconfiados y verificar siempre que sea posible.
En esta era de la pandemia de Covid-19, los delitos cibernéticos, especialmente las estafas, crecieron 70 por ciento. Y aunque se pueden evitar, siempre hay alguien que se comporta ingenuamente. México es, en términos de volumen, el segundo país de Latinoamérica con mayor incidencia de fraudes digitales. Tanto, que los presidentes municipales caen con mucha facilidad.
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Director del noticiario Así Sucede de Grupo Acir Toluca.
Mail: felgonre@gmail.com. Twitter: @FelipeGlz.
