El incremento de la población mundial ha generado también diversas enfermedades, gracias a los avances de la medicina muchas se han controlado, sin embargo existen virus para los que no existen vacunas y representan una preocupación constante.
El virus SARS-CoV-2 que originó la pandemia del Covid-19 causó estragos en todo el orbe, pero surgieron diversas vacunas para combatir las diferentes mutaciones y en la actualidad el riesgo ha mermado, sin embargo hay otras enfermedades locales que no han sido debidamente atendidas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha mostrado su preocupación por los que llama virus emergentes, sobre todo por su alta mortalidad y aunque su contagio es realmente bajo, tienen amplias posibilidades de expandirse por su facilidad de contagio entre las personas.
Entre los virus más mortales y sin vacuna están la fiebre de Marburgo, enfermedad que fue identificada en 1967 tras registrarse brotes en Marburgo, Frankfurt en Alemania y en Serbia, en los humanos se contagia por contacto directo de la piel lesionada, líquidos corporales, sangre o secreciones, pero el problema que su tasa de mortalidad es del 88%.
Mientras que el virus Nipah tiene una letalidad del 75%, se detectó en 1999 durante un brote de criaderos de cerdos, por lo que la transmisión a los humanos se da por contacto directo con estos animales.
El Ébola es de las enfermedades más conocidas, con una letalidad del 66% fue detectado en 1976 en Sudán del Sur y en Congo.
Otro de los virus de alta peligrosidad es el que ocasiona la Fiebre de Crimea-Congo con una letalidad del 10% al 40%, la enfermedad es transmitida por la picadura de garrapatas o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados.
También se suma a la lista el virus H7N9 que ocasiona la gripe aviar, tiene una letalidad del 39.3%, y los primeros casos fueron reportados en marzo del 2013 en China.