La donación de sangre es una acción solidaria que permite salvar vidas y ayuda a recuperar la salud de personas que padecen ciertas enfermedades como anemia, cáncer, traumatismos y quienes se someten a intervenciones quirúrgicas y médicas complejas.
Sin embargo lo que no se menciona mucho es que el donador también recibe importantes beneficios a su salud, aunado a la satisfacción de ayudar a sus semejantes, se tiene un reporte sobre el estado de salud general, de acuerdo al Centro Nacional de Transfusión Sanguínea (CNTS).
Previo a la donación se controlan los signos vitales lo que representa una oportunidad para detectar una posible presión arterial alta, un latido cardíaco irregular e incluso enfermedades infecciosas, detección del virus VIH, hepatitis B y C y sífilis, entre otras, así como conocer el tipo de sangre, que es fundamental para cuando se necesite recibir el plasma durante una emergencia.
Ayuda a reducir el hierro nocivo, ya que una de cada 200 personas tiene hemocromatosis que es un exceso de este elemento en la sangre, por lo que una donación reduce su exceso y también ayuda al hígado ya que disminuye la tensión que ejerce sobre este órgano.
También permite tener un mejor flujo sanguíneo, ayuda a depurar los triglicéridos, reduce el riesgo de padecer infartos y accidentes cardiovasculares y estimula la producción de nuevas células sanguíneas en el cuerpo.
Con 450 mililitros de sangre donde extraen eritrocitos, plaquetas y plasma, el donador puede ayudar hasta tres personas.