Los jeans o vaqueros es una prenda de vestir que está prácticamente en todo el mundo y según el Global Denim Project, que analizó la historia, economía y consecuencias de la dominación mundial de la mezclilla, en cualquier día del año la mayoría de la población tiene puesto al menos un artículo de esa tela.
Aunque el lugar del nacimiento de esta tela aún no se ha confirmado, una de las opiniones más extendidas es que tuvo su origen en Nimes, Francia, los tejedores de Nimes estaban intentando replicar un tejido de algodón resistente conocido como “jean fustian”, una tela medieval robusta de algodón y lino hecha en Génova, que se escribía Gene o Genes y a mediados del siglo XVI en Francia, Jean.
Los objetivos no se alcanzaron, pero se percataron de que habían desarrollado un tejido muy resistente, para darle color utilizaban índigo, uno de los tintes más antiguos para teñir de color azul, pero dejaban los hilos de la trama en su blanco natural.
No obstante los jeans tal y como los conocemos en la actualidad llegaron después con la reunión de un latvio, Jākobs Jufess y el alemán, Löb Strauß y como muchos de los nuevos inmigrantes a Estados Unidos en el siglo XIX cambiaron sus nombres por Jacob Davis y Levi Strauss.
Cuando la marca Levi´s se estableció ofreció dos opciones de sus pantalones: de loneta marrón y de mezclilla azul, sin embargo mientras que los blue jeans se vendieron como pan caliente, pocos querían los otros, una de las posibles razones de elegir el azul es que cuanto más se lava la prenda más suave queda.
Así que para los trabajadores una prenda lo suficientemente resistente para soportar arduas labores y que además con el tiempo se volvía más cómoda era la mejor opción.