Paloma Sánchez-Garnica revisa la historia del nazismo a través de la literatura – El Sol de Toluca

Para la escritora española Paloma Sánchez-Garnica escribir novelas es una forma de aprender y conocer el modo en que la gente “común y corriente” nos hemos relacionado desde siempre, adaptándonos y sobreviviendo a contextos históricos tanto maravillosos como adversos.

En su más reciente novela, Últimos días en Berlín, que publica en México Editorial Planeta, ella quiso “saber qué fue lo que ocurrió para que el pueblo alemán, tan culto y bien consolidado, se dejara llevar por un salvajismo y una ideología perversa como lo fue la de Hitler”, pero también quiso comprender el modo en que el pueblo ruso siguió la voz de Stalin.

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“Yo quería entender todo ello, así que me puse a leer todo lo relacionado a ambos asuntos. Así fue que me espantó y fascinó el periodo de los 30 del estalinismo, pues me di cuenta que tanto el comunismo como el nazismo fueron la cara de la misma moneda. Luego, los escritos de la filósofa Hannah Arendt me confirmaron eso, que los totalitarismos tienen varios elementos en común que los definen como tal”.

Así es como la autora construyó la historia de Yuri Santacruz, un ruso de ascendencia española, que en busca de una vida mejor que la que le puede ofrecer su patria en la Unión Soviética, huye hacia Alemania, sin saber que allá se encontraría con el nombramiento de Hitler como canciller y el ascenso del régimen nazi.

Al ser un tema demasiado recurrido por la historia y la literatura, de la que se puede creer que todo ha sido escrito, Paloma Sánchez advierte, que “nunca se ha escrito nada nuevo” y que la tarea de los “escritores es darle un ángulo original” para contar sus historias. Pero más que eso, ella opina que hay una responsabilidad que se ve cumplida al revisitar esos momentos históricos que marcaron a la humanidad.

“Esa relectura nos dice que debemos estar alerta. Comprender el horror del nazismo es prácticamente imposible, pero es nuestra obligación estudiarlo. Esto porque algo similar podría ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar; y las mentes, incluso las nuestras pueden volver a ser seducidas por ese tipo de discursos. Estudiar y meditar sobre lo necesario nos ayudará a no subestimar a gente como Hitler y Stalin a quienes se les subestimó”, afirma la autora, quien mira con alerta el contexto internacional por el que está pasando tanto Europa como América Latina.

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Y si bien, Paloma Sánchez cree fervientemente en este ejercicio de revisión histórica, también tiene la convicción de que la literatura tiene una facultad que ayuda al entendimiento profundo de estos hechos, cuyos participantes están llenos de claroscuros, varios de ellos determinados por sus propios contextos.

“La literatura cuenta la intrahistoria, nos sume en el día a día de vidas comunes, en las que el lector se puede sentir identificado, puede caminar al lado de cualquier personaje sin juzgarlo. Así es como los lectores entienden y comprenden, desde el interior de hogares que podrían haber sido los suyos, se vuelven más tolerantes, porque se ven obligados a ponerse en las situaciones de los personajes. Yo coincido con Svetlana Aleksievich [premio nobel de literatura en 2015], que dice que la historia trata de los hechos y la literatura se dedica a los sentimientos”, concluye la escritora.

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