El empleo como motor del cambio en el Estado de México – El Sol de Toluca

Una ubicación geográfica estratégica, niveles altos de desarrollo logístico y de infraestructura, así como mano de obra calificada, son factores que hacen del Estado de México una entidad atractiva para la inversión nacional y extranjera. Una industria manufacturera robusta, cerca de 1,300 kilómetros de vías férreas, así como dos aeropuertos se suman a esta lista de variables que posicionan económicamente al estado.

Pero estos factores no se traducen en un balance económicamente positivo. Lejos de ello, el Estado de México ha descendido en diversos indicadores en los cuales tiempo atrás era líder.

En los últimos años los niveles de pobreza en el Estado de México han ido en aumento, al pasar del 44% en 2008 al 49% en 2020, superando el promedio a nivel nacional que fue de 44% en ese mismo año. En 2020, la economía del estado decreció a un ritmo anual de -6.1% respecto al año inmediato anterior.

La crisis sanitaria generada por el COVID-19 empeoró la situación de quienes trabajan en el sector informal, pues puso en evidencia los efectos de la baja cobertura de seguridad entre la población ocupada. Y en ese sentido, los más afectados han sido las personas jóvenes, las mayores de 65 años, así como las mujeres con hijos, todos ellos más proclives a trabajar en la economía informal en el estado.

Adicional a ello, en los últimos años la economía mexiquense se sostiene de los llamados micronegocios que representan casi el 97% de las unidades económicas. Una verdadera changarrización de la economía mexiquense.

El principal problema que enfrentaron los establecimientos, 79% de los cuales son informales, es el flagelo de la inseguridad pública, principalmente entre empresas pequeñas y medianas, quienes tienen pocos incentivos de volverse formales ante un panorama tan desalentador.

Desde hace poco más de una década, se ha documentado la manera en que los países que lograron crecer de manera sostenida lo hicieron gracias a la implementación de un conjunto de políticas industriales. Algunos ejemplos exitosos de ello son Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur.

Al menos tres objetivos deberían perseguir las políticas industriales en el Estado de México: estimular las exportaciones, el empleo formal y la productividad.

La contienda política por la renovación de la gubernatura el próximo 4 de junio también es una contienda por el proyecto económico que necesita el Estado de México. Si el objetivo es dar una vuelta de timón en las siguientes décadas, la generación de empleo a través de la implementación de políticas industriales focalizadas, así como el relanzamiento de áreas productivas en el estado, debe ser uno de los puntos nodales de la propuesta de MORENA en 2023.

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