Los pedidos de comida que se realizan a través de las aplicaciones como Uber Eats, cayeron hasta un 30% en restaurantes, no solamente por la reactivación de las diferentes actividades económicas y sociales, sino por las altas y abusivas comisiones que cobran.
Así lo informó Mauricio Massud Martínez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), delegación Estado de México, quien señaló que dichas aplicaciones se convirtieron en los “socios incómodos” de los negocios del ramo.
“Para nosotros uno de los socios incómodos desde el inicio de la pandemia del Covid-19, fueron las plataformas; por ejemplo, Uber Eats porque los costos que manejan son altos e incluso incosteables para nosotros”, aseveró.
Cabe mencionar que Didi Food ofrece una comisión del 18% por pedido con repartidores propios o 30% con repartidores de la app; Rappi tiene un monto del 20% al 25% por cada venta; mientras que Cornershop solo maneja un 15% por cada pedido.
Incluso comentó que hubo empresarios que hicieron el ejercicio de solicitar un pedido en sus casas, y el resultado fue que se eleva el costo de manera importante.
“Si un ticket mediante plataforma cuesta mil 300 y hablando directamente al negocio mil pesos, la diferencia es de 300 pesos. Por ende, los negocios necesariamente deben aumentar sus precios un 30%, debido al cobro que nos hacen las plataformas”, explicó.
Pidió tomar en consideración que los pedidos que se realizan mediante aplicaciones salen muy caros para los clientes, motivo por el cual en las últimas semanas ha reducido drásticamente su actividad.
A pesar de lo anterior, el empresario indicó que necesariamente este tipo de servicios los deben tener en los restaurantes, para el posicionamiento y para estar actualizados, aunque las personas terminan pagando un 30% más en comparación a si el pedido lo solicitarán directamente en el establecimiento.
Cabe recordar que, ante la crisis de la pandemia, los restaurantes mexicanos tuvieron que cambiar su modelo de negocios a uno más digital, que permitiera la venta aun con los cierres y fuera de forma segura, para lo cual optaron por incorporarse a las aplicaciones móviles de reparto; sin embargo, aunque pueda parecer benéfico, también han demostrado desventajas por las altas comisiones que cobran.
También el presidente estatal de la Canirac, señaló que las aplicaciones no han sabido integrar en su operación los tiempos de preparación de alimentos, que pueden ser muy variables incluso entre platillos y, más aún, entre restaurantes.
“Las plataformas han preferido canibalizar el mercado, y lamentablemente son los clientes los que terminan pagando el sobreprecio”, concluyó.