La navidad no representa para todos una época de armonía y felicidad con luces, reuniones y fiestas, también hay quienes la ven como sinónimo de depresión y tristeza porque nos recuerda a los seres queridos que ya están, el mayor esfuerzo económico que se realiza en estas fechas, desempleo y problemas familiares.
Se tiene estrés por las compras y los preparativos de las posadas y la cena, así como altas expectativas acerca de cómo deberíamos sentirnos, estos son algunos de los factores que predisponen a ciertas personas a presentar la depresión navideña.
Este estado emocional podría deberse al trastorno afectivo estacional que se presenta cuando los días son más cortos que la noche y se asocia con la incidencia de luz que llega a nuestros ojos, ya que cuando esta disminuye también se reduce la producción de la serotonina (hormona de la felicidad).
La tristeza y depresión se incrementaron a raíz de la pandemia del Covid-19 por las restricciones del contacto social, aunado a los problemas económicos, consumo de alcohol y drogas, pérdida de un ser querido, conflictos familiares, desempleo.
Los síntomas que la identifican son: aislamiento, apatía a los festejos, pensamientos negativos, nostalgia, insomnio y pérdida de peso.
No obstante, más allá de los factores emocionales, económicos y de salud, la Navidad coincide con la época del año más fría y con los días más cortos, por lo que aumenta esta sensación de aislamiento personal.
Sin embargo hay diversas recomendaciones de los especialistas para afrontar con éxito la depresión navideña, entre los consejos están mantener un estilo de vida saludable todo el año, fortalecer el contacto con los seres queridos para evitar el aislamiento.
También se sugiere realizar actividad física, aumentar la exposición al Sol sobre todo por las mañanas, mejorar las expectativas con la llegadas de estas fechas considerando que esta depresión es transitoria.