Debido a que en la entidad mexiquense viven 1.5 millones de niños y niñas menores de seis años, con lo cual se ubica en el primer sitio nacional en dicho rubro, integrantes del Pacto por la Primera Infancia –más de 480 instituciones en el país-, buscan hacer presente a este sector de la población, ante las candidatas a la gubernatura estatal, Delfina Gómez Álvarez y Alejandra Del Moral Vela, abanderada de Morena, PT y PVEM, así como de la coalición “Va por el Estado de México”, respectivamente.
En el marco de las campañas electorales a nivel estatal, Aranzazu Alonso Cuevas, directora ejecutiva y coordinadora general del Pacto por la Primera Infancia, lamentó que las aspirantes a la gubernatura estatal no estén abordando de manera prioritaria a este grupo poblacional, pero tampoco sus necesidades, y mucho menos las de sus papás, mamás y cuidadores.
“Queremos que las candidatas firmen el Pacto por la Primera Infancia y se comprometan a hacer todo lo que se encuentre en su poder para cumplir 10 metas que se relacionan con el derecho de los niños y niñas a la salud, supervivencia, desarrollo y programas. Estamos hablando de rubros en los índices de pobreza, prevalencia de lactancia, coberturas de educación y disminución de violencia”, enfatizó.
La especialista se refirió a la evidencia científica que se ha desarrollado, y que establece que los primeros años de vida dan forma materialmente al cerebro, cuerpo, sistema inmunológico y metabolismo.
“Es decir, lo que nos pasa en los primeros años de vida le da forma a nuestra inteligencia y determina nuestra salud física, así como mental para toda la vida, porque cuando nosotros nacemos éstos no se encuentran totalmente desarrollados”, aseveró.
Aunado a lo anterior, mencionó que lo que realmente queda construido de ese plano, se encuentra determinado por lo que ocurre en nuestros primeros años de vida; motivo por el cual si éstos se viven en la adversidad puede tener efectos devastadores.
“Existe evidencia que pasar los primeros años de vida en condiciones de pobreza extrema, exclusión, discriminación, mala nutrición, enfermedades recurrentes, negligencia o violencia, dejará mella en nuestro cuerpo y en nuestro cerebro, porque en ese momento se están formando nuestras conexiones”, indicó.
Ante ello, pidió tomar en consideración que cuando un niño o una niña vive condiciones de adversidad se socavará para siempre su potencial, y si la comunidad no lo evita se rompe con la esperanza de un futuro digno y brillante.
Al respecto, ejemplificó el caso de los niños y niñas, cuyos padres los tuvieron que dejar solos durante la pandemia del Covid-19, y sus cuidadores no los atendieron adecuadamente, provocando una merma en su cerebro, por lo que posteriormente tendrá dificultades para aprender y en la vida adulta enfrentarán problemas de agresividad, afectando su productividad.
Finalmente, destacó el caso de los niños y niñas que presentan desnutrición y con ello enfrentarán una menor capacidad física e intelectual, frenando su posibilidad de salir de la pobreza.