Erradicar las prácticas que fomentan la violencia obstetricia en las instituciones del sector salud es posible si se hace una labor humanitaria, informada y consciente sobre cada uno de sus pacientes.
Así lo informó la asociación civil PRO Tamar A.C., quien pidió a los servicios de salud brindar la atención que merecen las mujeres durante su embarazo, teniendo como objetivo principal preservar la vida tanto de la mamá como de los bebés.
De acuerdo a cifras de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021 (ENDIREH), 2 millones 455 mil personas enfrentaron alguna forma de violencia durante su embarazo.
Por lo que esta forma de violentar a las mujeres es real, por la condición biológica propia de la mujer.
Ante este panorama, en PRO Tamar se está apostando a informar a las mujeres sobre las características de este tipo de violencia y los derechos que tiene por parte del sector salud.
También se están realizando un proceso integral empírico que brinda herramientas de desarrollo, fortalecimiento de la identidad de la mujer y gestión emocional a través de atención individual y grupal.
De esta manera, contribuyen a que las mujeres puedan romper ese ciclo de violencia y vivir de manera “sana” y plena.
¿Qué es la violencia obstétrica?
La violencia obstétrica es cualquier daño u omisión que provoque una afectación física o psicológica durante el embarazo, parto o periodo de lactancia a las mujeres.
De acuerdo con PRO Tamar, “este tipo de violencia es desapercibida en las políticas de calidad de los servicios de salud, ya que en muchas ocasiones ésta no es reportada ni por la paciente, ni por sus familiares por miedo a que existan represalias en su contra, especialmente en este periodo tan complicado como lo es el embarazo“
Por ello, informar sobre el tema a las mujeres ayudará a exigir un mejor tratamiento en el sector público y privado de los servicios de salud
¿Cómo afecta la violencia obstétrica la vida de las mujeres?
Este tipo de de violencia se puede presentar de diversas formas, como las afectaciones físicas y psicológicas.
En el aspecto físico se refleja en cesáreas injustificadas o forzadas, suministro injustificado de medicamentos e incluso prácticas anticonceptivas o esterilizaciones no autorizadas o forzada.
En el aspecto psicológico se encuentra el lenguaje ofensivo o humillante, tono sarcástico, faltas de respeto e incluso gritos.