El Estado de México y Coahuila celebrarán elecciones para renovar gubernatura en 2023. Se trata de dos entidades federativas donde el Poder Ejecutivo de manera ininterrumpida ha estado en manos del PRI. De ahí que ambos estados sean vistos como los últimos reductos de poder para ese instituto político.
Desde la elección de 2018 y el triunfo del presidente López Obrador, parece estar en cuenta regresiva el número de estados gobernados por el PRI. Mención especial ameritan los llamados últimos bastiones estatales del partido, de los cuales Hidalgo fue ganado por Morena en 2021, luego de más de nueve décadas de dominio priísta.
Es lugar común señalar al Estado de México como el “laboratorio electoral” o la “joya de la corona”. Lo anterior responde a diversos factores, algunos de orden simbólico y otros derivados de la historia de la élite política dominante, a la que incluso se le dio un nombre, el “Grupo Atlacomulco”.
Algunos datos para poner en contexto la elección de 2023 en el Estado de México son relevantes. Sus casi 17 millones de personas, la hacen la entidad más poblada de nuestro país, la cual alberga a su vez, el quinto municipio más poblado en México, Ecatepec, con 1.6 millones de habitantes.
Respecto al tamaño de la economía los datos son claros. Con información del INEGI, sabemos que en 2021 la entidad mexiquense fue la segunda que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB), después de la CDMX, y junto con ésta, Nuevo León y Jalisco generan una cuarta parte del PIB nacional.
Si hoy fueran las elecciones, 12.6 millones de personas con credencial para votar vigente podrían ejercer su voto para elegir al titular de la gubernatura, lo que coloca al Estado de México en el grupo de los cinco estados que concentran casi el 40% de electores a nivel nacional. De ahí su peso cualitativo para definir al próximo presidente o presidenta de México en 2024.
El 2023, durante la primera semana de enero, inicia formalmente el Proceso Electoral estatal, lo que irá detonando una serie de etapas que concluirán con la resolución del Tribunal Electoral, a más tardar el 14 de agosto. Algunas otras fechas para tener presentes: el 2 de abril será el registro de candidaturas por la gubernatura y, del 3 de abril al 31 de mayo seremos testigos de las campañas electorales.
La elección del 2 de junio de 2023 está desde ya repleta de símbolos y significados, ante una posible alternancia en la gubernatura, lo que significaría el eventual destronamiento del mito del imbatible priísmo en tierras mexiquenses. Sin duda, el resultado de la elección en el estado importa no solamente para sus habitantes sino en la disputa por la continuidad del proyecto de Nación de la 4T.