Al menos dos docenas de taxistas del municipio de Valle de Bravo, Estado de México, se manifestaron durante la reunión con militantes de la precandidata de la coalición “Juntos Haremos Historia“, Delfina Gómez Álvarez.
Alegando un presunto abuso de autoridad de parte del Ayuntamiento encabezado por la morenista Michelle Núñez Ponce, arribaron al jardín central de Valle de Bravo con cartulinas en medio de rechiflas.
Y es que, días previos a la realización de este mitin, en redes sociales los taxistas y comerciantes del mercado municipal convocaron a manifestar su inconformidad con la administración de Núñez Ponce durante la visita de la precandidata a la gubernatura de la entidad.
Misma que solo tuvo efecto en poco más de 20 choferes del transporte público, quienes decidieron ejercer su derecho a la libertad de expresión.
De igual forma, taxis que circulaban por las calles de este Pueblo Mágico llevaban consignas escritas sobre el medallón, informando a la maestra Delfina que “el Ayuntamiento está para apoyar, no para hostigar“.
La protesta no tuvo el efecto esperado, pues el equipo de la precandidata tomó de inmediato el control de la situación, por lo que no se perturbó el desarrollo del evento.
Cabe destacar que la presidenta municipal de Valle de Bravo no estuvo durante el mitin que realizaron en el municipio con simpatizantes de Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México.
A pesar de que su homólogo de Ixtapan del Oro, Benigno Arroyo Bautista, así como regidores y síndicos de los diferentes partidos y municipios de la región sur se dieron cita para acudir al mitin.
Contexto
La relación entre el Ayuntamiento de Valle de Bravo y los taxistas del municipio se fragmentó debido a que la autoridad municipal reguló los cajones de estacionamiento en la vía pública y las bases de taxis, luego de detectar fallas en la organización de ellos.
Luego de que las cosas se tensaron a principios del mes de noviembre de 2022 por un paro de labores de los taxis, el Ayuntamiento de Valle de Bravo salió “bien librado” debido a que las exigencias de los taxistas no estaban justificadas conforme a derecho.
Por lo que la autoridad municipal obligó a cumplir la ley a los transportistas.
