Con una ceremonia religiosa donde predominaron las flores y veladoras, el gobierno de Tlalnepantla y pobladores de San Juan Ixhuatepec conmemoraron 38 años de la tragedia que ronda a la comunidad y que cobró la vida de cientos de personas al estallar la planta de gas de Pemex.
El Parque Miguel Hidalgo o Parque de los Muertos fue escenario de una misa a la que asistieron habitantes y donde el alcalde Antonio Rodríguez Hurtado colocó una ofrenda floral en el epicentro de la explosión, hecho que cada año remueve los sentimientos de los habitantes de San Juanico.
Asimismo, se colocó otra ofrenda de flores en el panteón municipal de Caracoles, en San Isidro Ixhuatepec para develar la placa conmemorativa al aniversario luctuoso de este trágico hecho que marcó a la comunidad de la zona oriente de Tlalnepantla.
La Diócesis de Ecatepec colocó desde hace años una cruz monumental de cemento de más de ocho metros de altura en memoria de los fallecidos. De igual forma, muchos de los sobrevivientes exigieron de nueva cuenta la salida de las gaseras.
Habitantes del lugar siguen señalando que el riesgo persiste e incluso denunciaron que ex alcaldes autorizaron construir desarrollos habitacionales y empresas dentro del polígono de seguridad.
Recuento de los hechos
A las 5.40 horas de la madrugada del lunes 19 de noviembre de 1984, el cielo se encendió de golpe o al menos así lo cuentan los habitantes que sobrevivieron a esta tragedia en San Juan Ixhuatepec.
“Los hechos ocurrieron en las instalaciones de Pemex donde se registró una fuga de gas que provocó la explosión que cimbró la tierra y el destello fue visto en diversas partes de la Ciudad de México, señala Aturo López, habitante de esa zona.
Las explosiones más fuertes comenzaron a las 5:45 de la mañana del 19 de noviembre de 1984 y terminaron a las 7:27.
De acuerdo con los cálculos oficiales, el accidente provocó la muerte de entre 500 y 600 personas y se considera que hubo mil heridos, la evacuación de 60 mil personas y daños en un área de hasta un kilómetro de la planta siniestrada, debido a la expulsión violenta de restos de la misma.
Las víctimas murieron carbonizadas, asfixiadas por el gas propano o a consecuencia de serias quemaduras.
Hablan sobrevivientes
“A 38 años del accidente le tocó a mi papá sacar a los muertos derretidos o restos de ellos, mi mamá recuerda el olor de su ropa, se bañaba prácticamente con lejía.
Siempre muy valiente mi papi, también sacó cuerpos del Hotel Regis en el temblor del 85 y prestó sus grúas para retirar los escombros del Woolworth Lindavista” platica Manuel que hasta hoy vive en San Juanico.
María, quien perdió a su madre en esta tragedia, platica que le impactó ver a los bomberos de pie junto a un enorme tanque quemado de combustible echándole agua para mantenerlo frío.
“Lo impactante es que a pesar de que las bases que detenían al tanque ya se estaban doblando los heroicos bomberos no se rajaron y no abandonaron su trabajo a pesar de que corrían peligro de muerte”.
Otra sobreviviente de las explosiones fue María quien recuerda ese accidente a pesar de que tenía 10 años cuando dieron la noticia en la televisión.
“Comentaban que incluso había madres que murieron calcinadas abrazando a sus hijos, qué los que estaban más lejos primero escucharon una explosión y después el fuego que los calcino”.
