Ayer fui al fútbol.
Me hubiera gustado que ganará el Toluca.
Un equipo no juega muy bien, pero a pesar de ello casi estuvo a punto de pasar a la siguiente ronda.
Siempre la estrategia timorata del entrenador le ha dado malos resultados.
Al observar el juego y la actitud de los jugadores me preguntaba si todos los espectáculos públicos como el futbol no tienen una pedagogía para la gente que los ve.
Sin duda todo espectáculo público es una enseñanza.
…y es una enseñanza colectiva…
Si vemos una ópera interesante la apreciación por lo bello se desarrolla en quien la ve.
Si asistimos a una exposición de arte sucede lo mismo, contribuye a apreciar lo bueno.
Pero si vemos el futbol o escuchamos los discursos de los políticos son una mala enseñanza para los millones de mexicanos que los ven o los escuchan.
El partido de futbol de ayer, entre el Toluca y el Tigres, fue muy ilustrativo.
Fue un juego lleno de marrullerías, de trampas, de engaños, de un arbitraje tramposo y en ocasiones injusto en contra del equipo local.
Pero más allá de eso, la enseñanza a los miles de niños o adultos que los ven es francamente decepcionante.
La actitud de algunos jugadores raya en lo grotesco.
La trampa, el engaño parece ser la característica para poder ganar.
Cuando veía a algunos jugadores tirarse en el suelo, simulando faltas para ganar tiempo o tratar de engañar solo pensaba en el mensaje erróneo que se transmitía a miles de asistentes o televidentes.
Y ese es un mensaje siempre negativo.
Una enseñanza que sirve solo para hacernos trampa unos a otros.
Pero para nuestra desgracia, el mensaje enviado a la sociedad no siempre es positivo.
Lo mismo sucede con el discurso político todos los días.
Lo que nos falta es un poco de decencia en la vida pública ahora que toda se ha constituido en espectáculo.
Los políticos, los futbolistas, los artistas son una mala compañía y enseñanza para la sociedad mexicana.
Solo enseñan con sus actitudes:
La marrullería, el engaño. La trampa, el insulto a los otros.
Ni el árbitro se escapa de esta enseñanza pues muestra sus debilidades por un equipo o jugador de su preferencia.
Y eso no es nada bueno.
Y todo eso se refleja en nuestra vida pública…y eso nos hace daño como sociedad…un político que engaña y miente cada día nos enseña a mentir, a manipular la realidad, a decir a otros lo que no es como si fuera verdad. Lo mismo sucede en el futbol. Lo mismo sucede con las valentonadas de muchos artistas, de muchos galanes del cine principalmente.
Todos ellos maleducan a la sociedad mexicana…así muchos imitan sus comportamientos.
La peor pedagogía para ser una sociedad más correcta y decente podrá venir de cualquier otro lado menos de decencia de los políticos, los futbolistas y los artistas.
Todos ellos maleducan.
Y luego se quedan si en el estadio les mientan la madre…en México la doble moral pública le hace un gran daño para la sociedad mexicana…además contribuye al cinismo publico.
Correo: contextotoluca@gmail.com