En el marco de la reedición de su obra por la editorial Penguin Random House, el escritor José Agustín nacido en Jalisco, pero radicado en Cuautla desde su juventud, figura clave de la literatura mexicana del siglo XX, fue homenajeado el sábado, 29 de abril, en una ceremonia organizada por el ayuntamiento, a la que acudieron sus hijos José Agustín Ramírez “Tino” y Andrés Ramírez Bermúdez, así como los escritores Elsa Cross y Enrique Serna, al interior de la biblioteca Abraham Rivera Sandoval.
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Para todos los presentes fue una sorpresa contar con la presencia del escritor, pues desde el 2009, cuando tuvo una caída en el Teatro de la Ciudad en Puebla, mientras ofrecía una convivencia con sus lectores, sus apariciones en público han sido contadas.
Durante el evento, las instrucciones fueron claras desde el principio; la escritora y poeta Yolanda de la Torre se encargó de dictaminarlas: al término del homenaje, no habría firma de libros ni fotografías con el autor.
Hubo algunas objeciones disimuladas entre el público, pero todos reconocieron en dicha petición la necesidad de respetar el entorno inmediato de José Agustín, quien, excepto por algunas sonrisas, ligeros aplausos, sorbos a su refresco y un beso a su esposa Margarita, lo escuchó todo en silencio, desde su silla de ruedas.
Elsa Cross, poeta mexicana y autora de libros como “El diván de Antar” y “Canto malabar”, se refirió al novelista como una revelación de su época:
La obra de José Agustín fue una revelación de su época, mostrando una voz fresca y desinhibida que influenció a varias generaciones de escritores, marcando un antes y un después en la literatura mexicana.
Elsa Cross, poeta mexicana
Cross, quien conoció a José Agustín desde muy joven, habló también del haber compartido el ser educados por padres aviadores:
“Alguna vez comentamos que tal vez el hecho de que ellos viajaran todo el tiempo, viendo constantemente otros paisajes, otras ciudades, otra gente y otros climas, hacía que fueran más alivianados y tuvieran una mentalidad mucho más abierta que la de casi todos los padres de esa época”, dijo la escritora.
La voz de varias generaciones
Enrique Serna, autor de “Ángeles del abismo” y “El seductor de la patria”, se adentró en el ámbito creativo y las características que distinguieron el estilo del escritor de “Ciudades desiertas” desde su primera novela, “La tumba”, en 1964, cuando tuvo que optar entre seguir los “modelos de excelencia literaria” o forjar su obra con su propia voz desde un principio:
La apuesta de José Agustín fue en el sentido de expresarse, de rescatar en su obra la circunstancia que le tocó vivir y el espíritu de su tiempo, mostrando a las nuevas generaciones que es posible encontrar un camino propio.
Enrique Serna
Los escritores coincidieron en que la reedición de la obra del escritor representa una nueva oportunidad para que sus lectores redescubran a una de las figuras clave de la literatura mexicana, y para que las nuevas generaciones conozcan una voz que guió a varias generaciones de creadores a partir de la década de 1960, cuando el movimiento de la Onda irrumpió en la escena literaria con un estilo arriesgado que encontraría su lugar a través de varias décadas.
Publicado en El Sol de Cuautla